martes, 13 de septiembre de 2016

artículo de opinión, Domingo Rigüela Padrón


El Barrio donde vivo.
Vivo en Caserones, un pequeño barrio agrícola en el margen norte de Barranco real de Telde. Un barrio que ha ido creciendo en infraestructuras gracias al trabajo y al empeño de los vecinos más antiguos. Podría nombrar a muchos, pero no lo haré para que ninguno quede relegado por mi olvido.
Por su orografía el transporte se hacía con bestias o a pie, incluso los frutos de los innumerables cultivos que existieron, eran sacados por ese medio, hacia la carretera de la Higuera Canaria donde eran cargados en camiones, a causa de la estreches de los caminos. Preocupados por la falta de comunicación del barrio, los vecinos fueron cediendo parte de sus propiedades, sin que se les diera compensación por ello, y construyendo calles y aceras con sus propias manos. Mas tarde vendrían las famosas obras comunitarias, donde el ayuntamiento daba el material y los vecinos ponían el trabajo.
La apertura de la calle Ceres costó mucho trabajo, por la dificulta que suponía la diferencia de cotas y que prácticamente, en su intersección con la carretera de la Higuera Canaria, estaba edificada  en su totalidad por viviendas. De ahí, que solo pueda entrar o salir un coche a la vez. La carretera de la Higuera Canaria, ahora Gc-80, se creó para dar comunicación a las fincas agrícolas y a los diferentes barrios desde el Puente de Telde hasta la Atalaya.
Décadas han pasado sin que los gobernantes solucionaran el problema de la entrada y salida al barrio por la calle Ceres. Un problema que fue creciendo en el tiempo por el aumento de población de Caserones, tanto en su parte baja como en la parte alta. Accidentes y molestias se han ido sucediendo en el tiempo, he de decir que hasta yo he sufrido uno de esos accidentes en la salida del barrio.
Al final de los años noventa, los vecinos, los políticos de turno, los técnicos municipales y el redactor de PGOU de Telde que tuvo su aprobación definitiva en el año 2002, incluyeron en este, el diseño de una nueva intersección en la calle Ceres. Se llegó incluso a dar una vivienda a los habitantes del número 2 de esta calle con el fin de proseguir con su expropiación, para realizar el nuevo cruce.
En años posteriores, se solicitó al Cabildo por parte de la asociación de vecinos 7 Puentes, la ejecución de una rotonda en la intersección de la carretera de la Higuera Canaria con la salida del barrio que evitara los problemas de seguridad. Pero por aquello de los intereses políticos y de algún campo de golf, se hizo una rotonda en el otro lado del barrio, en la salida de Hoya Aguedita hacia la carretera de Jinamar (Gc-100), y que dio acceso a la edificación de Monte Golf. Pero lejos de solucionar el problema lo acrecentó, puesto que posteriormente se hicieron unos cambios de tráfico, que conducían de forma natural, a todos los vehículos de zona alta del Barrio a abandonarlo por la calle Ceres.
Por  ello, más de una década después la asociación de vecinos 7 Puentes volvió a pedir que se hiciera la rotonda en la intersección de la calle Ceres con la carretera de la Higuera Canaria (Gc-80). Políticos y técnicos acudieron a sacarse la foto, y se inició el proyecto con la elaboración de alternativas. Entre ellas valoraron la realización de la deseada rotonda, que técnicamente es posible creciendo hacia una parcela agrícola situada junto al cauce del barranco Real. Pero por esos de los dineros, en 2015 se nos presenta por parte del presidente de la asociación, un proyecto que trasladaba la rotonda 540 metros más arriba, en el lugar conocido por la Vuelta de López. La mayoría de los vecinos que se congregaron en aquella asamblea con la alcaldesa de Telde, nos manifestamos en contra, puesto que el proyecto no solo no solucionaba el problema de la entrada y salida del barrio dado que no se elimina la curva sin visibilidad en el enlace, sino que lo agrava puesto que  los conductores deben conducir por un kilómetro más de curvas sin visibilidad y por una calzada estrecha que aumenta el riesgo de accidente.
La alcaldesa  se comprometió en agosto de 2015, a mediar para que vinieran los técnicos del Cabildo, cuantas veces fueran necesarias y se informara a todos los vecinos, no solo a los socios de 7 Puentes, del proyecto. Como pasaba el tiempo y no teníamos comunicación alguna, un grupo de vecinos conocieron más el proyecto, por la mediación del concejal Alejandro Ramos. En esa reunión no hubo una posición por parte del Cabildo abierta a realizar la rotonda donde se necesita para evitar accidentes, sino más proclive a salvaguardar los interese económicos de la institución insular. Que dicho sea de paso goza de muy buena salud, tanto que todos los ejercicios se acumula el superávit en cuentas a plazo fijo. Algún técnico “iluminado” llegó a amenazar a los vecinos con pintar una raya continua en la intersección, que impidiera la entrada y salida del barrio, obligando a los vecinos a entrar y salir por Hoya Aguedita.
Y yo me pregunto. ¿Es más importante para el gobierno insular de Nc, Psoe y Podemos la seguridad de los vecinos o el dinero? ¿Es más ético acumular los impuestos de los vecinos en cuentas a plazo fijo o resolver de una vez por todas los problemas históricos de infraestructuras?

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