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martes, 3 de noviembre de 2015

Un debate para cambiar el desdén de la política por la ciencia




El presidente del Gobierno Mariano Rajoy necesitó dos años y mediopara visitar por primera vez un centro de investigación. Sus anteriores escarceos públicos con la ciencia habían sido escasos y desafortunados. En unas peculiares declaraciones en 2007, restaba importancia al cambio climático y lo ponía en duda con unas afirmaciones que mostraban la dimensión de su ignorancia y su desinterés por el problema:
 “Oiga, he traído aquí a diez de los más importantes científicos del mundo y ninguno me ha garantizado el tiempo que iba a hacer mañana en Sevilla. ¿Cómo alguien puede decir lo que va a pasar en el mundo dentro de 300 años?". Desde entonces, algo ha aprendido y, ocho años después ,ha reconocido que se equivocó con aquellos comentarios.
La semana pasada, después de que un panel de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicase un informe en el que se dice que comer carne procesada incrementa el riesgo de sufrir cáncer, Rajoy volvía a mostrar que no considera la ciencia parte de sus responsabilidades como presidente. “No puedo opinar de lo que no sé pero me gustaría que alguien con suficiente conocimiento de causa nos dijera si eso es verdad o mentira", afirmaba durante una entrevista en la Cadena SER. En una sola frase, ponía en duda el dictamen de los expertos, reconocía que no se había informado sobre un tema de gravedad e ignoraba que en los centros de investigación pública españoles abundan los científicos con conocimiento de causa que le podrían haber dicho si “eso es verdad o mentira”.
Fuera de España, la ciencia y la tecnología tampoco suelen estar en el centro del debate político. Durante las últimas elecciones generales en Alemania, Jakob Edler, investigador de la Universidad de Manchester,mencionaba la ausencia de estas materias en los debates electorales (aunque no en los programas). No obstante, reconocía que esa ausencia podía parecer poco relevante en un país que incluso en los momentos de dificultad ha mantenido unos niveles de financiación muy elevados. Además, a la cabeza del país se encuentra Angela Merkel, doctora en química cuántica y profesional de la ciencia durante años.
En Estados Unidos, Barack Obama ha mostrado en numerosas ocasiones su sensibilidad con la ciencia. Cuesta imaginar en España a un presidente organizando una Noche de la Astronomía en la Moncloa como la que organizó el presidente norteamericano el pasado 19 de octubre en la Casa Blanca. Más raro aún sería que el presidente introdujese en su discurso sobre el Estado de la Nación una mención relevante a la ciencia, como la que hizo Obama a principios de este año durante su discurso sobre el estado de la Unión. No obstante, también allí la inclusión de la ciencia en el debate político es rara y el liderazgo científico y tecnológico del país no impide que muchos de sus políticos renieguen de los resultados científicos. En EE UU, solo el 43% de los senadores republicanos y el 67% de los demócratas aceptan la teoría de la evolución.
Esta semana, desde la Fundación Cotec para la innovación tecnológica, se va a poder asistir a un debate sobre ciencia, una materia infrecuente en la discusión política. Los principales partidos políticos expondrán y discutirán sus respectivos programas sobre ciencia en un encuentro que se celebrará el martes 3 de noviembre, a las 17:00 (hora de Madrid), y podrá seguirse en directo por la web de EL PAÍS y en la página debate.cotec.es. El encuentro electoral, moderado por el periodista Vicente Vallés, también se podrá comentar en Twitter con la etiqueta #DebateCotec, donde se podrán realizar preguntas a los asistentes. Hasta ahora han confirmado su asistencia ocho formaciones políticas: PP, PSOE, Ciudadanos, Podemos, IU, UPyD, UDC y EAJ-PNV.
fuente . http://esmateria.com/

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