No es la imagen que esperabas, ¿verdad? No te preocupes. Al final del correo hay otra imagen muy diferente. Pero antes nos gustaría contarte la historia de cómo los Komi han logrado una pequeña gran victoria contra una gran petrolera gracias en buena medida a vuestro apoyo.
Tras muchos años de denuncias, por fin tenemos buenas noticias de la región de Komi, en el noroeste de Rusia. La petrolera Lukoil ha comenzado a limpiar este año varios de los derrames producidos por su actividad. Derrames que fueron identificados ydenunciados por activistas de Greenpeace en 2014 y llevados a juicio después por un fiscal local. Lukoil fue sancionado con una elevada multa que sirvió también como llamada de atención para decirles que no estaban por encima de la ley.
Años atrás, esta parecía una batalla imposible. Sobre todo recordando las palabras de nuestro compañero, Jon Burgwald, que en 2012 viajó hasta esta olvidada región rusa. “En aquel momento los sentimientos de desesperanza casi me superan. En todas partes me encontraba con la visión de árboles muertos y tierra cubierta de petróleo. Los peces habían desaparecido y el hielo de los ríos, de donde los lugareños obtienen el agua potable, estaba teñido de negro”.
Ahora, Lukoil ha comenzado a limpiar algunos de los derrames e incluso han permitido que supervisemos los trabajos. Todavía es muy pronto para celebrar: tan solo han recuperado nueve de los al menos 205 lugares en los que se identificaron vertidos. A pesar de que es solo un pequeño avance, es una gran victoria para los pueblos de Komi, que llevaban 30 sufriendo la impunidad de las petroleras y la degradación de su hogar.
Una victoria que tú y miles de personas más habéis hecho posible. Porque es necesario investigar, presionar y denunciar hasta que logremos convencer a empresas y autoridades que no todo vale, ya sea en Rusia o en Alaska, ya sea Shell o Lukoil, que no podemos destruir la naturaleza por un beneficio económico de unos pocos. Ayúdanos a lograr más victorias como esta.
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