lunes, 22 de junio de 2015

Primer ensayo, en Chacaltaya



A30 kilómetros de la ciudad de La Paz, tras pasar por la ciudad El Paso, los montañeros gran canarios se dirigieron a primera hora de la mañana en coche, a la antigua estación de esquí boliviana, la más alta del mundo cuando estaba en uso, y ahora destinada a laboratorio  para la investigación de los rayos gamma y médica, además de observatorio astrofísico.
 Un camino, tras dejar los núcleos de población y las irregulares e inestables casas de adobe, de tierra con caminos angostos y muy bacheados junto a precipicios de más de mil metros. Un trayecto tortuoso que bien vale la pena hacer para acercarse a la cordillera Real. Un marco accidentado de montañas que sobrepasan con holgura los 3.000 metros de altitud.
En los ultimos años la montaña Chacaltaya ha perdido espesor y cobertura de nieve y hielo debido al retroceso de glaciares por la subida de las temperaturas. Prácticamente el glaciar está a punto de extinguirse, por lo que no entrañó grandes dificultades ni crampones para alcanzar los más de 5.400 metros.
Sin embargo su atractivo sigue vigente por las singulares características de su entorno y  del refugio, hoy no habitable, construido en la década de los sesenta. Además ofreció, al margen de un magnífico entrenamiento en las alturas, unas excelentes vistas del altiplano y la cordillera Real de Bolivia, con el Huayna Potosí (6.050 metros) y el Illimani (6462 metros) como imperturbables testigos.   
«En esta jornada hemos notado los rigores de la alta montaña. Es importante que aclimatemos bien a bastante altura para encarar con éxito de llegar a la cima del Parinacota, que se eleva a más de seis mil metros. Hemos notado el desgaste físico que supone andar a más de cinco mil metros, la bajada de oxígeno y la presión en la cabeza. Juan, hasta el momento, está teniendo los síntomas normales de la altura. Poco a poco se irá sintiendo mejor», aseveró Javi Cruz, jefe de la expedición tras subir el Chacaltaya.
El luchador, por su parte, reconoció haber notado los primeros síntomas de la alta montaña. «Para mí ya es un éxito estar a más de cinco mil metros de altitud, una altura que nunca había conseguir estar. He notado un poco de mareo al principio y dolor de cabeza. También algunos calambres musculares. Pero Javier Cruz me ha explicado que es normal que suceda a esta altutud y me he tranquilizado», aseveró satisfecho Juan Espino, optimista y humilde también ante las duras jornadas que le esperan hasta la cumbre del Parinocota. «Dar un paso ya supone un gran esfuerzo, yo he llegado hasta la cima y estoy muy satisfecho. A pesar del cansancio, las sensaciones son buenas», manifestó. 
Petanca a 5.000 metros.
El grupo  grancanario se topó en lo alto del Chacaltaya con uno montañeros franceses afincados en La Paz amantes de la petanca, en su versión gala.
Su reto, finalmente logrado, era jugar una partida a más de 5.000 metros de altitud. Además, antes de bajar de la montaña se interesaron por el proyecto grancanario y posaron con la bandera de la Isla, de la UD Las Palmas y la francesa en un gesto de hermanamiento de las dos expediciones.
Tras regresar a La Paz para descansar y presenciar esta madrugada la celebración del solsticio de invierno en el poblado indígena Tiwanacu con el que se celebra el cambio de año, los cuatro miembros la expedición Ralons BWM-Mini Gran Canaria viajará ehoy domingo hasta un pueblo que se llama Sajama a la falda del Parinacota a 4.200 metros. Desde allí se trasladarán al campamento base a 4.800 metros, donde se montará un campamento de altura para afrontar las últimas jornadas hasta la cima del volcán situado en la frontera entre Bolivia y Chile.

fuente : http://www.canarias7.es/articulo.cfm?id=380102

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