sábado, 21 de marzo de 2015

Justo en la salida del helicóptero oímos un golpe como contra la cubierta..." (I)



Teresa Cárdenes
La transcripción de las comunicaciones entre el buque, el helicóptero y el avión de apoyo deja constancia de que, en la media hora precedente, la tripulación del Súper Puma había pedido al menos seis veces que se encendieran luces en la cubierta y los laterales del barco y que se corrigiera la posición en el lanzamiento de bengalas para mejorar su percepción visual del complejo escenario nocturno, donde sin referencias es imposible saber dónde acaba el cielo y dónde empieza el mar.
 Tras el fallo de la bengala citada, el Súper Puma decidió abortar la maniobra, pero ni siquiera pudo comunicarlo con detalle al barco. Se interrumpió todo contacto. La transcripción revela además otro dato que hasta ahora no había trascendido: justo cuando el helicóptero trataba de alejarse supuestamente del Meteoro, en el buque se escuchó un golpe que incluso llevó a sus tripulantes a inspeccionar la cubierta. En medio del absoluto desconcierto, así lo comentaron más tarde desde al barco al avión de apoyo: “En la salida del helo, junto en la salida, oímos un golpe, como contra cubierta. Hemos investigado a bordo, no hemos visto ningún daño estructural, en principio”. En el barco no había rastro de daños. Pero el helicóptero se había estrellado contra el mar.
En el código de comunicaciones, el barco de la Armada era aquella noche Foxtrot Echo (FE). A su vez, el helicóptero era COTO 24B, un nombre muy similar al del avión (COTO 242) que debía asistirle con bengalas para orientarse porque el Súper Puma carecía de medios autónomos de iluminación.
La transcripción de las comunicaciones son muy explícitas sobre la importancia esencial que aquella noche tenía para la tripulación del helicóptero la iluminación con medios externos del área de maniobras, donde según los informes preliminares, la visibilidad era aquella noche “nula”. El entrenamiento nocturno consistía en el descenso y ascenso mediante la grúa del Súper Puma de un fardo hacia la cubierta del Meteoro, a modo de simulacro de rescate. Y desde el helicóptero se pidió en varias ocasiones tanto el refuerzo de la iluminación del barco, como algunos cambios de orientación en el lanzamiento de bengalas. Lo primero para identificar bien los perfiles del buque. Lo segundo, para tener referencia clara de dónde estaba el agua.
El ejercicio se realizó en dos tandas. Y ya desde la primera, el diálogo no dejaba lugar a dudas. Así consta:
(20:18:27)
HELICÓPTERO: “Para iniciado de maniobra vamos a esperar a la siguiente bengala”
(20:19:31)
HELICÓPTERO: (al barco) “¿Sería posible el encendido de focos laterales para tener más sensación de profundidad?”
BUQUE: Sí, voy a poner las del hangar para que tengáis… veáis la puerta.
(20:19:55)
BUQUE: Coto de torre pregunto si veis así por ejemplo ya bien el fondo del hangar.
(20:20:08)
HELICÓPTERO: Afirma se ve… Se ve algo mejor, muchas gracias.
(20:20:22)
HELICÓPTERO: Quizás las laterales estarían… Mira unas laterales para que se viera mejor la figura del barco en general.
(20:20:40)
BUQUE: Voy a… voy a probar con una… con las que tengo de obstáculos, que están en el contorno alto y exterior de la… de la… de la superestructura de la cubierta cero tres.
(20:21:06)
BUQUE: Pregunto si esas os sirven de algo.
(20:21:16)
HELICÓPTERO: Sí, sí, perfecto, la verdad que muy buena, muy buena para nuestra referencia.
La primera tanda del ejercicio concluye siete minutos después. En esa primera fase, la tripulación del Súper Puma hace varias indicaciones al avión sobre el lanzamiento de las bengalas de iluminación general que este ejecuta desde 3.300 pies de altura. Así, en varias ocasiones, el helicóptero pide que se lance “un poco más abierta” o “un poco más cerrada”. La última de ellas en esa primera tanda la describe como “perfecta”.
A las 20:28:14, el Súper Puma da por concluida la primera fase y comunica que se alejará del barco, para regresar después a una segunda tanda. Y especifica con toda claridad en qué momento volverá a necesitar bengalas: “Hasta que no volvamos a dar la vertical para el tráfico, no requerimos más bengalas”.
Nueve minutos después, el helicóptero ya está de regreso y empieza a pedir de nuevo correcciones en el lanzamiento de bengalas. Lo hace en tres ocasiones: primero, “un pelín más cerrada” y la siguiente “más abierta”. A las 20:43:21, el helicóptero le indica al avión que está en la situación idónea para lanzar otro elemento de iluminación. “En vuestra posición actual sería fantástica”.
Pero algo sucede en el avión de apoyo y, un minuto después, el helicóptero le responde “copiado, copiado”. ¿Qué le comunicó el avión al Súper Puma? Esta frase no consta en las transcripciones. Se deduce que éste fue el momento en que se produjo el fallo en el sistema de lanzamiento de bengalas que indujo al helicóptero a cancelar la maniobra, un fallo cuya existencia aparece corroborado en el informe preliminar de la Comisión Técnica de Investigacción de Accidentes de Aeronaves Militares (CITAAM). Un fallo que dejó al Súper Puma a oscuras, con las luces del barco como única referencia y sin poder identificar la superficie del océano.
Sin embargo, la comunicación literal del avión no consta en las transcripción. Y lo siguiente que ocurre ya es la antesala de la tragedia que se saldó con cuatro muertes y un único superviviente. A las 20:46:34, el buque pregunta al helicóptero qué está haciendo (“pregunto operación normal e intenciones”) y el Súper Puma trata de comunicarle que ha decidido cancelar la maniobra. Veintidós segundos después, el barco reitera la petición de información. Siguió intentándolo hasta en siete ocasiones seguidas durante tres interminables minutos. Pero al otro lado ya solo encuentra silencio.
“Hay una luz haciendo señales, tienen que ser ellos...” (II)
Las transcripciones no lo precisan, pero eran presumiblemente las mismas luces que activó en su chaleco el único superviviente de Súper Puma cuando, a unos 12 metros de profundidad y cuando éste se hundía boca abajo a toda velocidad en el océano, logró romper a golpes con la cabeza un ojo de buey para poder salir de la nave accidentada y nadar a ciegas hacia la superficie.
La última comunicación del helicóptero (“hemos abortado ma… la… posici…”) se había producido a las 20:46:34 de aquel fatídico Día del Padre. Seis minutos y medio después, tanto en el barco como en el avión se dan cuenta que el Súper Puma ha desaparecido.
(20:52:02)
AVIÓN: Entiendo que no tenéis contacto radio con el helicóptero. ¿Tenéis visual con ellos?
BUQUE: Negativo. ni contacto radio ni visual.
(20:53:14)
AVIÓN: (…) ¿Tienes el trasponder del helicóptero?
BUQUE: Negativo, no tengo trasponder del helicóptero.
El helicóptero había desaparecido por la trasera del barco. En esa zona, desde el avión observan unas luces dos minutos después. Así continúan las comunicaciones:
(20:55:20)
AVIÓN: Sí, me confirmas que detrás vuestra del barco tenéis una lancha o vemos unas luces
BUQUE: Standby
(20:55:39)
BUQUE: Negativo, no vemos nada, no tenemos nada a popa nuestra.
AVIÓN: Pero no tenéis una lancha vuestra, me refiero…
BUQUE: No, ahora mismo no. No tenemos nada en el agua (…)
AVIÓN: Vale, pues te voy a… Sí, parece que… Bueno, parece que hay como algo haciendo señales, vamos a pasar a mirar, estaría a vuestra popa.
(20:57:13)
BUQUE: Vamos a invertir el rumbo (…) para mirar a nuestra popa a ver si vemos esas luces.
AVIÓN: Justo a vuestra popa tenemos unas luces emitiendo.
BUQUE: Muy bien, copiado. Pues vamos. Entiendo que están por vuestra posición actual (…)
AVIÓN: Sí, más o menos, de todas maneras vamos a marcar la posición y nos vamos a dirigir al punto para que lo tengáis más claro.
(…)
AVIÓN: Y en cualquier caso, pues si no tenemos contacto con ellos, vamos a avisar a la agencia de control.
(20:59:36)
AVIÓN: En este momento no tenemos las luces a la vista.
BUQUE: Muy bien, copiado, nosotros estamos terminando de invertir, nos quedan unos 90n grados y empezamos, empezamos búsqueda. Pregunto si tienen ya enlace con el helo, ¿saben algo del helo?
AVIÓN: Negativo, ningún enlace y de hecho, vamos ahora mismo a alertar a control por si hubiera alguna emisión de alguna baliza.
BUQUE: Muy bien. Como informativo, nosotros, en la salida del helo, junto en la salida, oímos un golpe, como contra cubierta. Hemos investigado a bordo, no hemos visto ningún daño estructural, en principio.
AVIÓN: Pues vamos a descender a 1.500 pies, vale, con precaución y continuamos la búsqueda nosotros también.
BUQUE: Muy bien, pues iniciamos también nosotros la búsqueda.
(…)
(21:03:05)
AVIÓN: Sí, mira, te confirmo que hay una luz haciendo señales prácticamente en el rumbo que llevas. No sabría decirte la distancia, pero están haciendo señales y yo creo, estamos seguros de que tienen que ser ellos porque se ha perdido contacto también con aproximación.
(…)
BUQUE: Los tenemos ya en visual.
AVIÓN:Recibido, recibido, pues nada, vamos a avisar (…) y ya nos confirmaréis si son ellos, ¿vale? y vamos a llamar también a nuestro RCC.
BUQUE: Muy bien, perfecto, pues nosotros iniciaremos proceso de RHIB y rescate de náufragos.
AVIÓN: Muy bien, pues nada, buena suerte
Poco después, el avión se ofrece a lanzar bengalas para iluminar la zona y ayudar a la localización de los posibles náufragos. A las 21:10:18, el barco confirma que comienza a bajar una lancha hacia el agua. Ocho minutos después, todavía sigue pidiendo ayuda a los tripulantes del avión, porque no logra divisar a nadie en el agua. “Si vosotros veis algo desde arriba, por favor, indicárnoslo, será de mucha utilidad”.
Habían transcurrido 35 minutos desde el accidente. En el agua, el único superviviente del helicóptero, Jhonander Ojeda Alemán, primero gritaba y luego nadaba desesperamente hacia el barco, temiendo que la luz estroboscópica de su chaleco se apagara definitivamente y no pudieran encontrarlo en medio del océano y la oscuridad. Por fortuna para el joven, la lancha le localizó cuando llevaba casi una hora en el agua, aterido de frío y desesperado. Dicen que, una vez a salvo ya en la cubierta del Meteoro, no se apartó ni un minuto de las barandillas del barco. No dejaba de mirar hacia el mar, en el vano intento de encontrar a sus compañeros. Para su familia, todavía pasaría toda aquella larga noche y la mañana del día siguiente antes de volver a verlo, ya en tierra.

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