jueves, 26 de febrero de 2015

Koldo ¿quieres ser nuestra madrina?


Era un lunes lluvioso en Tafira, en el aulario de la Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas de la ULPGC. Koldobi Velasco llegó puntual a clase. Los estudiantes de Trabajo Social (la inmensa mayoría mujeres) iban entrando por goteo. ¿La resaca carnavalera?, les pregunta Koldo. “Es que hay caravana”, le responden. Bromas y sonrisas para empezar la primera clase de la semana, a las 8 y media de la mañana.
Hace 30 años conocí al Koldobi en el instituto Tomás Morales, eran los primeros años del Gobierno de Felipe González. Ya Felipe estaba recetando el cambiazo después de su victoria “por el cambio”. El Delegado del Gobierno en Canarias, Eligio Hernández, mandaba a la policía contra los estudiantes “si no vence fuerza de la razón vencerá la razón de la fuerza”, vomitó Hernández en una rueda de prensa en la que nos amenazaba a los estudiantes que nos manifestábamos contra la política educativa del psoe. En las asambleas de estudiantes de aquel instituto y en aquellas calles llenas de rebeldía conocí a Koldo.
Este lunes fue distinto. Yo acudía invitado por ella para dar una clase sobre Trabajo Social y medios de comunicación a sus alumnos de Técnicas de Comunicación Social. Para situarme les pregunté por su interés por los medios de comunicación. Una minoría leía el periódico de papel como mucho una vez a la semana. Los informativos de la radio son desconocidos para casi todos, las emisoras musicales sí las escuchan. Lo que más ven son los informativos de televisión. La información les llega a través de las redes sociales. Me atreví a decirles, no sé si como grito de periodista superviviente o por sentir que mi trabajo es útil: “pero tengan en cuenta que en las redes sociales ustedes ven videos que muchas veces son de programas informativos de televisión, o leen textos escritos para periódicos, lo digo porque si fuera por ustedes yo pasaría más hambre que la que pasaría mi peluquero (Pepe, el de Perojo) si dependiera del trabajo que le doy”.
La clase pasó rápido. Entre la proyección del power point (no me atreví a preguntar por la tiza y la pizarra) y un simulacro de rueda de prensa que hicimos. Quedaban cinco minutos cuando abrieron la puerta y una marea naranja entró en el aula. “El pueblo unido, jamás será vencido”. Estudiantes con camisetas naranjas con lemas contra los recortes de los Servicios Sociales se metieron en la clase ante la mirada atónita de los que estábamos dentro. Miré a Koldobi, pensé que me había montado una manifestación como final de clase, para recordar los tiempos del instituto (“el que sabe, sabe, y el que no al Tomás Morales”), pero le vi cara de sorprendida. Gritos reivindicativos con los rostros sonrientes y las manos con sopladeras de todos los colores. Los estudiantes rodean a su profesora y empiezan a sacar cartulinas y mostrarle las razones de su agradecimiento: “Gracias por poner naranja nuestras vidas, por hacernos ver más de una realidad, por haber demostrado que la lucha siempre es posible, por haber apostado por nosotros, por ser un modelo a seguir…”. Eran sus estudiantes del año pasado, Koldobi les había dado la asignatura de Política Social y vinieron este lunes a clase, en formato de manifestación de marea naranja, para solicitarle que sea la madrina de su próxima orla universitaria.
La profesora Koldobi les respondió emocionada: “para mí es un regalazo de la vida haberles conocido y compartir camino con ustedes aprendiendo a ser mejores personas y tener esta profesión tan hermosa para cambiar la realidad y ser más felices. Haberles conocido y que además me inviten a ser su hada madrina, les concedo todos sus deseos…”. Y el periodista se quitó el disfraz de profesor y se puso a grabar aquello y a escribirlo ahora. Esta es la crónica de una manifestación universitaria, manifestación de la expresión de admiración a una profesora que para sus estudiantes es un modelo a seguir, en estos tiempos con falta de referentes positivos. Una crónica que también se publica en un periódico de papel, sí, un periódico de papel, esa cosa tan extraña para la mayoría de los universitarios.
@juanglujan
https://juanglujan.wordpress.com/

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