sábado, 14 de febrero de 2015

Breve manifiesto contra la ley mordaza




Greenpeace rechaza la aprobación en el Congreso de Diputados del Proyecto de Ley Orgánica de Protección de la Seguridad Ciudadana y su paso al Senado, que ha salido adelante con el único voto a favor del Partido Popular, y a pesar de las repetidas críticas de organizaciones civiles, asociaciones de juristas e incluso sindicatos policiales.
La reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana conlleva un incremento notable de infracciones relacionadas con comportamientos y conductas para el ejercicio del derecho a la libertad de expresión, reunión pacífica y manifestación. Así, 15 de las 46 infracciones propuestas en la reforma afectan directamente a estos derechos fundamentales, lo que denota el interés particular de este Gobierno por reducir, a través de la potestad sancionadora, estas garantías.
Con su entrada en vigor, los derechos fundamentales que amparan a las organizaciones ecologistas para defender el medioambiente quedan mermados y aquellos que lo destruyen pueden, todavía más, quedar impunes ante las consecuencias de sus actividades irresponsables.
El Gobierno del Partido Popular ha querido justificar esta reforma aludiendo a una supuesta demanda creciente de la ciudadanía en torno a la seguridad. Esta justificación no es avalada ni por las encuestas oficiales sobre la preocupación de la ciudadanía ni por los datos de criminalidad. Por este motivo, la Plataforma No Somos Delito ha solicitado la intervención del Comisario para los Derechos Humanos del Consejo de Europa y del Relator Especial sobre el derecho a la libertad de reunión pacífica y de asociación, de la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de Naciones Unidas.

Para Greenpeace y otras organizaciones de la sociedad civil, el motivo de esta ley no es garantizar la seguridad ciudadana, sino desincentivar y reprimir las nuevas formas de expresión y protesta causadas por el descontento social y las movilizaciones sociales motivadas por la crisis institucional, económica y de valores en la que estamos inmersos.

Ante esta situación, no escatimaremos esfuerzos para defender como siempre lo hemos hecho, un medioambiente sano: derecho humano indispensable para garantizar que en futuras generaciones nuestras familias puedan disfrutar de los recursos que a día de hoy disponemos y puedan sentirse orgullosos de nuestra dedicación a salvaguardar lo que es de todos: el planeta tierra.

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