Cien días justos para el 24 de mayo. Cien días de trabajo electoral,
de propuestas, de ilusión, de paripé. Cien días que según el partido político
reflejarán esfuerzo, marketing o la práctica del “difícil arte de no mojarse
bajo un chaparrón”. Antes de llegar a la barrera que hoy superamos, ya hemos
visto de qué va a ir la película, sobre todo en los grupos del Gobierno. Cada
uno ha tomado su estrategia para llegar a los comicios, fieles cada cual a su
personalidad política.
¿Qué decir de Coalición Canaria? Sin duda han apostado fuerte por
vencer a la memoria también, pero con un estilo más… de altos vuelos, con una
inversión brutal en publicidad, en fotos por doquier, en guagua y café.
Rocambolescos y magos, como cuando tras la cortina de humo el público ve
desaparecer la paloma y despistado no ve la realidad del engaño. Así pretende
Pablo Rodríguez llegar a mayo y arrasar con los votos, ser alcalde de una
ciudad a la que ha defraudado sistemáticamente durante los últimos cuatro años:
defraudó a los profesionales y padres de las escuelas infantiles a quienes se
comprometió a ayudar en el tripartito y dejó a su suerte votando a favor de la
privatización y cierre; al personal de cultura a quién tampoco ayudó a pesar de
ser concejalía de su partido; y del patrimonio histórico mejor no hablar, baste
como botón a la muestra, lo ocurrido con la Casa de la Condesa. Silencio ,
maquillaje y café. Es una pena, porque si dedicase la mitad de esfuerzo a
solucionar los problemas reales de los vecinos, otro gallo hubiese cantado.
El PP también vota silencio. Discreción en cuanto a la candidatura,
tardíamente confirmada de María del Carmen Castellano, tabú el tema de
Francisco López y muchas flores a Darío López por la elaboración de unos
presupuestos que califican de “equilibrados” y que, a juzgar por la foto, les
hacen muy felices. La mitad de los ingresos del futuro presupuesto se cargarán
sobre impuestos y tasas que pagaremos los de siempre, mientras la deuda crece
hasta el 292%. Felicidad absoluta y una riada de nuevos afiliados al PP
teldense… dicen. La máscara de la felicidad y de los brotes no verdes, sino
rosa o tecnicolor, es la estrategia del PP a 100 días de las elecciones.
A 100 días vemos mucho presupuesto para las campañas, los del gobierno
han dejado ya el gobierno en un segundo plano para dedicarse a gastar y gastar,
haciendo ver a los ciudadanos que son oro colado y que los males de Telde son,
o bien herencia, o bien cosa de brujas, nada que ver con su mala gestión, su
irresponsabilidad y su falta de empatía con las necesidades de la gente.
Por nuestra parte, arrancamos una campaña austera, cuyo presupuesto no
superará los 6.000 euros; continuaremos haciendo la misma oposición
constructiva, inquisidora y del lado de las personas, que hemos hecho hasta
ahora; y sobre todo, difundiremos nuestro mensaje de tú a tú, teniendo presente
la realidad del municipio.
Otro Telde es posible, porque otra política es posible. Es necesario
cambiar el chip y abandonar la lista de municipios corruptos, oscuros, que se
saltan las recomendaciones del defensor del pueblo, que no pasan información a
la oposición, que manejan los medios a su antojo. Por salud ciudadana debemos
cambiar eso. Por suerte estamos cerca, 100 días para el cambio, 100 días para
la política de personas.
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