viernes, 16 de enero de 2015

Tan delicado como las abejas




Las abejas se encuentran en su merecido letargo invernal. Los días soleados y de temperaturas diurnas suaves despiertan a algunos de estos incansables insectos que empiezan ya a preparar la próxima temporada recolectando el polen y néctar de las primeras flores.

Este letargo es una buena oportunidad para que nos acordemos de su importancia para los ecosistemas y para la seguridad alimentaria. Sin las abejas y otros polinizadores, lamayoría de nuestros alimentos y de las plantas silvestres con flor no podrían existir. De hecho, el 70% de los principales cultivos para consumo directo humano en España depende de la polinización por insectos.
Y sin embargo, sus poblaciones están seriamente amenazadas a nivel global debido a varios factores pero muy particularmente debido a las prácticas de la agricultura industrial como el uso masivo de insecticidas. Este uso aumentó en España un 56% entre 1990 y el 2010 (último año para el que hay estadísticas oficiales) y existen 319 insecticidas explícitamente etiquetados como peligrosos para las abejas que están autorizados en todo el estado.

Gracias a las miles de firmas en toda Europa a favor de las abejas, ya son cuatro los insecticidas tóxicos prohibidos. Sin embargo, son prohibiciones temporales y parciales. Y la industria química presiona ya para que se levanten las restricciones impuestas en la UE (que terminan en diciembre de este año) y poder seguir utilizando sus insecticidas más nocivos.

Y por eso nosotros también vamos a seguir presionando en 2015 junto con miles de personas para que no se de ni un paso atrás en la protección de las abejas, para garantizar que se refuercen estas prohibiciones, se amplíen a otros productos igual de nocivos y se fomente la agricultura ecológica. Porque tenemos que seguir avanzando en la protección de estos insectos clave. Porque los logros alcanzados hasta ahora son tan delicados como las abejas y no podemos permitir que la presión de la industria química ponga más en riesgo a las abejas. Porque nos gustan las abejas y porque las necesitamos.

¡Ayúdanos firmando esta petición para que nuestra voz se oiga en Europa por encima de la del lobby de la industria química!

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