sábado, 17 de enero de 2015

Suspendidos todos los permisos en las unidades antiterroristas


Los mandos policiales han decidido suspender todos los permisos, libranzas o vacaciones en las unidades antiterroristas. “Ni un día libre”, explican fuentes de estas unidades, que están puestas en máxima alerta tras los atentados de la pasada semana en París. Uno de los terroristas, Amédy Coulibaly, estuvo días antes de los atentados en Madrid.
Madrid escenifica de manera muy visible el estado de alerta terrorista 3 (intensidad baja), con una llamativa presencia policial en las calles. Pero no solo los uniformados de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado están en máxima actividad. Las unidades de investigación no disponen “ni de un día libre” en la trepidante investigación sobre las ramificaciones españolas de estos atentados.
Fuentes policiales consideran la tesis más probable que Amédy Coulibaly viniera a Madrid no solo a llevar a su novia y otro miembro del Estado Islámico (EI) a Barajas en su huida hacia Siria, sino a recibir las últimas instrucciones para los atentados que perpetraría solo cuatro días después. Coulibaly, su amigo de origen argelino Mehdi Sabri Belhoucine y la novia del terrorista, Hayat Boumeddiene, fueron captados por las cámaras de seguridad de Barajas el 2 de enero. No tomaron precauciones  con las cámaras porque los tres, de diferente manera, iban a desaparecer del mapa de la Policía. Parece bastante claro para la investigación antiterrorista que el EI dispone de una base logística en España.
“Pudieron dormir en un piso de su gente, o en una pensión”, explica una fuente policial, que subraya lo difícil que le resulta a veces que las pensiones de precios muy económicos cumplimenten las fichas policiales de sus huéspedes. El EI estaría aprovechando los contactos de células de origen sirio que llevan años operando en España. “Son muy peligrosos”, explica la misma fuente.
El Juzgado de Instrucción número 21 de Madrid ha tenido durante años bajo custodia un extraño cilindro de metal que introdujo en España en 2001 un ciudadano español por orden de una extraña trama de tráfico de armas que hunde sus raíces  en Oriente Próximo, según contó en exclusiva la revista interviú en 2005. Los antecedentes de estas tramas son numerosos en España y toda la red de confidentes e informantes ha sido puesta en máxima alerta por las unidades de investigación antiterrorista.
Buena parte de las pesquisas policiales pasan por la determinación de las posiciones de los teléfonos móviles que los terroristas pudieron usar en su estancia en España, mediante triangulación de las señales recibidas en los postes repetidores. Este sistema ya fue fundamental para capturar al pederasta de Ciudad Lineal, si bien es bastante complejo técnicamente.
Coulibaly viajó a España junto a su novia Hayat, su hermano, la esposa de éste y el hijo de esta pareja. Las fuerzas de seguridad españolas fueron alertadas casi inmediatamente tras los atentados. De hecho, la tarde del 7 de enero varias informaciones procedentes de Francia situaban a los hermanos que atentaron contra el semanario Charlie Hebdo en España, donde habrían llegado tras pasar por Perpignan. También antes de saberse que Hayat Boumeddiene había escapado a Siria vía Estambul y Barajas, se distribuyó su foto a las patrullas de Policía en España, porque los servicios de inteligencia franceses la situaban muy probablemente en nuestro país.
Las unidades antiterroristas están activadas en situación de crisis desde hace unos días, lo que ha obligado a suspender cualquier clase de permiso. La alerta policial es total, a pesar de que no se ha incrementado oficialmente. Policías de las unidades de intervención, ataviados con chalecos antibalas y con armas largas custodian los puntos vitales de Madrid.
En medios policiales han causado sorpresa y estupefacción las imágenes del asalto de las unidades de élite de la gendarmería francesa al supermercado Kosher donde estaba atrincherado Coulibaly. Muchos lo tildan de “bastante chapucero”, pero lo que alarma es ver cómo el terrorista, pese a recibir infinidad de disparos de pistolas, no cayó hasta estar pegado a los escudos de los agentes, cuando ya una salva masiva de balas lo derribó. “Si llega a llevar un cinturón o chaleco explosivo, hace una escabechina”, explica un veterano policía. “A ninguno que está en la calle se le va esa imagen de la cabeza. Hacen falta armas largas para parar a un tipo así, que encima llevaba un chaleco antifragmentos del ejército alemán, por lo que se vio en su vídeo propagandístico”.
http://www.estrelladigital.es/articulo/exclusivas/suspendidos-todos-permisos-unidades-antiterroristas/20150116124208225021.html

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