viernes, 12 de diciembre de 2014

Luis A González: “Yo no pedí la baja, a mí me despidió la consejería porque se lo pidió el obispado”


El pasado 11 de agosto el miembro de la ejecutiva federal del PSOE, el canario Pedro Zerolo, escribió en su cuenta de twitter: “en pleno siglo XXI que el Obispado de Canarias expulse a un profesor de Religión por su homosexualidad y por estar casado es una aberración.” 
El histórico miembro del movimiento LGTB se equivocaba de sujeto, el sujeto no es “el obispado” el sujeto es su compañero en la ejecutiva federal del PSOE, José Miguel Pérez. Porque la consejería de Educación del Gobierno de Canarias es la que paga, contrata y despide a los profesores de las islas. Y la carta de despido con fecha 1 de diciembre de 2014 dirigida a Luis Alberto González fue remitida por la consejería de Educación.
Los problemas comenzaron para Luis Alberto González el pasado 28 de julio cuando publicaron en la sección “Cartas al director” de El País su artículo titulado “Buenas noticias”. Ahí contaba que daba clases de religión en dos institutos de Lanzarote, que llevaba dos años casado con otro hombre y que era una buena noticia que la iglesia no hubiera iniciado los trámites para despedirlo. La iglesia se puso en contacto con él y comenzó los trámites para su despido. El consejero de Educación José Miguel Pérez declaró entonces “nadie será discriminado por algunas de las razones que hemos visto en los medios de comunicación”. La viceconsejera de Educación Manuela Armas declaró “lo que no puede ser es que la idoneidad vaya en contra de la Constitución”. El obispado ordenó su despido, y José Miguel Pérez obedeció. La viceconsejera dice ahora que el propio Luis Alberto González “reconoció que no es idóneo”, dando a entender que fue una especie de baja voluntaria. Pero ha sido un despido homófobo, instigado por la iglesia católica y ejecutado por el consejero de Educación que dijo que no iba a realizar ese despido. A continuación pueden leer la entrevista que este miércoles le hicimos en La Ventana de Canarias a Luis Alberto González:
Pregunta.- Dice la viceconsejera de Educación que usted envió una carta al obispado diciendo que no se consideraba idónea para seguir dando clases de religión, dando a entender que fue una especie de renuncia suya a su empleo. ¿Usted ha sido despedido o es una baja voluntaria?
Luis Alberto González.- Se aplicó el despido que la ley establece cuando el obispado retira la idoneidad al profesor. El real decreto de la LOE (del psoe) y la ley canaria de 2009 dicen que al obispado le corresponde proponer profesores nuevos y retirar a profesores por razones de moral o doctrina. Yo expuse al obispado mi situación. Es verdad que desde el obispado me pidieron que escribiera una carta explicándoles mi situación, cuando lo hice no sabía que iban a utilizar esa carta para el despido. Yo entiendo que al obispado y a la consejería les resulta más cómodo para el obispado y la consejería agarrarse a ese papel, pero el despido no se hizo en función de esa carta, porque se me dio indemnización y firmaron un despido. Lo importante para mí que se cierra esta etapa, si la iglesia no quiere cambiar, no avanza, no es el lugar donde yo me siento cómodo. Y seguiré con mi vida.
P Usted no tenía problemas con alumnos ni profesores. No pega que en el siglo XXI una persona por ser homosexual no sea idónea para dar clases en un estado laico.
LAG Así es. Aunque yo siempre he declarado que la normativa española permite esto. Esto genera un debate y sería interesante plantear la enseñanza de religión en la escuela pública, o la posición de la asignatura de religión. Pero en este caso se me aplicó la normativa que hay, que dice que si el obispado justifica un cese considerando a alguien no idóneo, la consejería debe realizar el despido tenga el color político que tenga.
P ¿Pero usted estaba dispuesto a continuar dando clases?
LAG Yo he visto que esto era un callejón sin salida y terminaba en despido, lo que me correspondía es que se aplicara el Estatuto de Trabajadores , yo he reivindicado que se me reconozcan los derechos adquiridos. Si se me ratificaba en el puesto sería decisión mía en qué momento dejaba el trabajo. Pero yo no estaba dispuesto a aceptar coacciones para que yo renunciara a mi trabajo, por eso esto no es una renuncia ni una baja voluntaria. Me han despedido por los motivos que ellos han considerado.
PD: En twitter la Consejería de Educación replicó a esta entrada de nuestro blog diciendo que no despidió a Luis Alberto González, sino que “el profesor de religión pidió voluntariamente la baja por razones sobrevenidas”. Me comenta un abogado laboralista que no existe en la legislación laboral “baja por razones sobrevenidas” y que eso no conlleva indemnización. En la consejería me dicen que mañana me darán la documentación. Seguiremos informándoles aquí y en la Ser.
http://juanglujan.wordpress.com/

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