Los pumas son los principales depredadores del parque nacional de San Guillermo (Argentina) y entre sus presas se encuentran, por ejemplo, las vicuñas y los guanacos, ambos pertenecientes a la familia de los camélidos.
[Ver vídeo: El domino del puma]
Sin embargo, no siempre fue así. La población de vicuñas disminuyó considerablemente a consecuencia de la caza por el comercio de su lana, similar a la cachemira, por lo que hace 30 o 40 años se aprobaron medidas de protección que permitieron restablecer el número de ejemplares y atrajeron de nuevo a los pumas.
Ahora, el ecologista Arthur Middleton, de la Universidad de Yale, y Emiliano Donadio, de CONICET, están estudiando el comportamiento de cinco pumas del parque gracias a los collares GPS que les han instalado, en un intento por comprender el efecto de la presencia de estos animales en los ecosistemas andinos.
[Ver imágenes de pequeños felinos]
El equipo inicialmente seguía a seis pumas, hasta que uno de ellos mató al sexto, una hembra joven, aproximadamente un mes después de comenzar a seguirla. Según Donadio, se trata de algo habitual: «Se matan entre sí por comida, por territorio, por hembras».
Está previsto que el proyecto dure varios años, por lo que en la actualidad se encuentra en su primera fase. Aún así, ya se observan indicadores de la fuerte influencia de los pumas en el ecosistema.
Por ejemplo, las vicuñas actúan de manera muy diferente dependiendo de la zona del parque en la que se encuentran: se muestran más precavidas en las áreas «de riesgo», donde suelen cazar los pumas, que en las zonas abiertas.
Además, cuando están en alerta comen menos, una ventaja para la vegetación y para las criaturas que viven en ella, como arañas y escarabajos.
Por otra parte, el equipo espera instalar también dispositivos en los cóndores andinos para descubrir hasta qué punto se alimentan de los restos de vicuñas que muestran signos de haber sido víctimas de los pumas.
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