Es probable que la mayoría de nosotros hayamos oído hablar ya del resveratrol, un compuesto que se encuentra en el vino tinto y, por tanto, en las uvas (aunque también en otros plantas como el cacao) que se ha relacionado con una serie de efectos beneficiosos para la salud, como la reducción del riesgo de enfermedades relacionadas con la edad. Ahora, tras muchos años de investigación, un equipo de científicos del Instituto de Investigación Scripps en La Jolla, California (EEUU) ha desvelado el secreto mejor guardado de este compuesto: el motivo por el que es tan beneficioso para la salud es porque el resveratrol estimula un gen de respuesta al estrés que activa una serie de genes que protegen el cuerpo de las infecciones o incluso de la radiación ultravioleta.
La forma en la que resveratrol producía su efecto positivo en nuestro organismo era todo un misterio. Hasta ahora. Para llegar a su conclusión, los investigadores analizaron una antigua familia de enzimas, las Arlt sintetasas, que se ocupan principalmente de traducir material genético en los bloques de construcción de aminoácidos que luego forman las proteínas, descubriendo que el resveratrol en el proceso actuaba como un imitador de la tirosina (uno de los 20 aminoácidos que forman las proteínas).
Según los científicos, el resveratrol se adhiere a la proteína PARP-1, activándola y generando un factor de respuesta al estrés y de reparación de ADN. Esta teoría fue comprobada en un experimento con ratones a los que les fue inyectado el compuesto de resveratrol. La activación de esta proteína produjo en los ratones a la activación de varios genes protectores del organismo como el gen p53 (gen supresor de tumores) o los genes de la longevidad (FOXO3A y SIRT6), con los que siempre ha sido asociado el vino, o más concretamente, el resveratrol.
“Con estos resultados es más que posible que el consumo moderado de un par de vasos de vino tinto (rico en resveratrol) aportaría a una persona la cantidad suficiente de resveratrol para causar un efecto protector a través de esta vía”, aclara Mathew Sajish, líder del estudio.
“Creemos que esto es sólo la punta del iceberg. Pensamos que hay muchos mas imitadores de aminoácidos por ahí quepuede tener efectos beneficiosos como el resveratrol en los humanos”, explica Paul Schimmel.
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