El caso es que Bárbara Rey se sentó en el plató para hablar por fin a las claras de su adicción al juego, que empezó antes de su matrimonio con Ángel Cristo y siguió durante y después. Aunque según dijo lleva dos años sin apenas jugar nada.
La actriz contó que ha llegado a gastarse más de un millón de euros en los casinos pero que a su familia, especialmente a sus dos hijos, nunca les ha faltado de nada. Y narró también que era en las épocas en las que más sola se sentía cuando más se acentuaba su ludopatía.
Sin embargo, en toda la entrevista Bárbara no terminó de reconocer la gravedad de su problema, y el tema fue abordado con cierta ligereza. Tal es así que su hija, Sofía Cristo, entró en directo por teléfono para afearle a su madre que no contara toda la verdad y a la presentadora y los contertulios que no "empatizaran" ni abordaran el asunto con la seriedad que merece.
Patiño, avergonzada, acabó disculpándose ante los espectadores por "no haber estado a la altura" en la que definió como "una de las entrevistas más difíciles" a las que se ha enfrentado. Y emplazó a Bárbara y Sofía a que se sentaran juntas otro día en el programa. Pero no hubo respuesta por ahora.
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