Miccionar disimuladamente en mitad del baño playero es un extendido hábito entre los veraneantes que, sin embargo, goza de dudosa reputación, al presuponserse que nuestros desechos orgánicos contaminan el ecosistema marino. Nada más lejos de la realidad, ya que la orina humana no solo no daña en modo alguno el océano, sino que resulta beneficiosa para la vida vegetal que allí florece. Así lo afirma un video publicado por la Sociedad Estadounidense de Química, que pretende “diluir” todos los prejuicios infundados en torno a esta inofensiva práctica, que sí resulta punible en el caso de la piscina.
Al contrario que las cremas solares, que al disolverse en el agua liberan componentes tóxicos que sí suponen un riesgo para el medio ambiente, el orín es totalmente inocuo, al constituirse de un 95 por ciento agua, como bien saben los astronautas. El 5 por ciento restante se compone de sodio y cloruro,sustancias que se encuentran de forma natural en el agua del mar, estando presente también en ambos líquidos el potasio.
Por si fuera poco, la Sociedad Estadounidense de Química recuerda que los seres humanos no somos los únicos en gustar de evacuar bajo el agua; una única ballena expulsa al día 250 litros de orina, con unas cantidades de sodio y cloruro 23 veces superiores a la nuestras.
No hay motivos, por tanto, para aguantar las incontenibles ganas de orinar, salvo que deseemos tomar una sabia decisión, para lo que, según han demostrado, resulta útil mantener la vejiga llena.
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