Los esfuerzos por controlar el brote de ébola en África occidental, el más devastador de la historia con 1350 muertos hasta la fecha, ha tomado un extraño giro en Liberia, cuyo gobierno ha puesto en cuarentena un barrio de Monrovia, la capital, provocando enfrentamientos entre residentes y autoridad.
Los funcionarios de salud pública del país ya tuvieron que enfrentarse a pacientes que fueron liberados de un centro de aislamiento la semana pasada por una muchedumbre enfurecida, imponiendo un toque de queda entre las 21 y las 6 horas.
Liberia tiene en este momento más casos y muertes que ningún otro país, con 576 fallecidos frente a los 396 de Guinea y 374 de Sierra Leona, mientras que Médicos sin Fronteras describe la situación en Monrovia como «catastrófica» y afirma que la mayoría de los hospitales del país están cerrados porque los trabajadores, por miedo o por enfermedad, no acuden a trabajar, y hay cuerpos en las calles y casas esperando a ser recogidos.
En los países afectados por el brote, los gobiernos han establecido zonas en cuarentena para evitar la propagación de la enfermedad; en Liberia esas zonas están protegidas por los militares. Además, existe la preocupación de que no lleguen alimentos y suministros ahí y que los afectados traten de escapar.
Para Joanne Liu, presidenta internacional de Médicos sin Fronteras, controlar el brote en Liberia es fundamental para controlarlo en toda África occidental. «Si no conseguimos estabilizar Liberia, nunca estabilizaremos la región», afirmó el viernes en una conferencia de prensa en Ginebra.
Sin embargo, no se está consiguiendo concienciar a la población en la lucha contra la enfermedad, pues, entre otras cosas, muchos piensan que el brote es un engaño y que no es cierto.
Solamente la recuperación y enterramiento de los cadáveres es un proceso muy difícil, los trabajadores tienen que llevar equipo protector y rociarse después con desinfectante. Se trata de una función complicada que exige gran concentración y cuidado.
Según los expertos, en este momento se desconoce la magnitud del brote en Liberia, por lo que es necesaria mayor información sobre cómo está progresando. La única forma de controlarlo es identificar los casos y contar con centros de tratamiento con suministros y personal adecuados (por ejemplo, en este momento no cuentan con suficientes equipos de protección).
«Así es como se han frenado brotes anteriores de ébola y como frenaremos este», afirma Joel Montgomery, director los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.
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