Desde hace unos meses un guardia civil destinado en el Equipo de Atestados del Destacamento de Tráfico de Peñarroya (Córdoba) está sufriendo una serie de situaciones injustas que están afectándole anímicamente, y todo lo que le está ocurriendo es consecuencia directa de su compromiso con los derechos de sus compañeros, porque lleva muchos años siendo representante de la Asociación Unificada de Guardias Civiles, primero integrante de la directiva provincial de Córdoba, después como vocal jurídico de la Comisión Nacional de Tráfico, y actualmente como enlace en Peñarroya y asesor jurídico en materia de Tráfico de AUGC en Córdoba.
En marzo de este año el Capitán Jefe del Subsector de Tráfico de Córdoba le impuso una sanción disciplinaria por “omitir el conducto reglamentario para formular una solicitud relacionada con el servicio”, cuando lo que hizo simplemente fue gestionar la adquisición de una pala (por valor de trece euros) que era necesaria para su utilización por el Equipo de Atestados en los accidentes de tráfico, lo cual llevó a cabo para ahorrar trabajo y molestias a sus compañeros de la oficina, del mismo modo que viene haciendo en muchas otras ocasiones, a pesar de no estar obligado a ello, pero el Sargento Jefe del Destacamento de Peñarroya entendió que había omitido el “conducto reglamentario” al no informarle de dicha gestión, y emitió un parte disciplinario en el que el Capitán se apoyó para sancionarle.
por el responsable de material del Subsector provincial, y argumentando que se ha producido una vulneración del principio de legalidad amparado por el artículo 25 de la Constitución Española.
El pasado mes
Dicha injusta sanción ha sido recurrida por los servicios jurídicos de AUGC ante el General Jefe de la Agrupación de Tráfico, negando que haya existido una infracción disciplinaria, puesto que la adquisición de la pala era conocida por la oficina del Destacamento de Peñarroya y había sido autorizada de junio el mismo Capitán le notificó a dicho guardia un escrito comunicándole que en el mes de abril “se observa que su rendimiento presenta un resultado que está un 18,28% por debajo de la media”, pero dicha valoración se hizo con el RAI (Resumen de Actividades Individuales), herramienta que recientemente ha sido anulada por una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, a lo cual debe añadirse que en ese mismo mes otros tres compañeros de su Unidad obtuvieron peores resultados que el suyo, a pesar de lo cual a ninguno de ellos el Capitán les notificó el mismo “aviso”, otorgándole así un trato desigual y discriminatorio.
En la citada notificación, el Capitán dice que “he de destacar la escasa labor disciplinante viaria que usted lleva a cabo”, refiriéndose con ello al número de denuncias formuladas, sin tener en cuenta que el afectado no es Motorista, sino que forma parte del Equipo de Atestados, cuyas funciones principales y prioritarias son muy distintas a la formulación de denuncias. Dicho escrito parece tener un cierto tono ‘amenazante’, al afirmar que “…de persistir usted en lo sucesivo de manera injustificada en el bajo rendimiento puesto de manifiesto, se procederá a realizar la pertinente propuesta de no percepción de productividad e incrementos correspondientes”.
Pero si no fuera suficiente con todo ello, hace unos días ha tenido conocimiento de que en el RAI de junio el Sargento Jefe del Destacamento de Peñarroya le ha asignado la máxima valoración negativa posible, un –25%, lo cual ha motivado que pase de una posición intermedia (conseguida gracias a las puntuaciones positivas obtenidas por instrucción de atestados e informes, realización de pruebas de alcoholemia, formulación de denuncias, asistencia a juicios, intervención en accidentes, etc.) a la última posición, lo cual evidentemente le puede suponer un perjuicio económico considerable, teniendo en cuenta lo expuesto en el escrito del Capitán antes aludido, a lo que debe añadirse el descrédito profesional y la lógica desmoralización ante tan injusta situación, puesto que ese mes desempeñó su trabajo con plena profesionalidad y dedicación, e incluso se desplazó hasta la Escuela de Tráfico de Mérida durante cinco días para asistir a una acción formativa.
Resulta indignante que se esté produciendo esta situación, y ello a pesar de que en una reunión celebrada hace un mes AUGC trató el caso con el referido Capitán, en presencia del Teniente Coronel Jefe de la Comandancia de Córdoba, reconociendo expresamente el Capitán que el citado guardia es uno de los mejores profesionales que tiene bajo sus órdenes y que elabora unos excelentes informes técnicos, por lo que es aún más incomprensible que sus mandos le estén tratando de un modo tan injusto.
AUGC no va a tolerar que un profesional tan ejemplar siga siendo tratado de ese modo, y mucho menos como consecuencia de su compromiso con los derechos de los guardias civiles, por lo que a partir de ahora adoptará cuantas medidas sean necesarias para protegerle y ayudarle.
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