MARÍA SÁNCHEZ
El día de nuestra Comunidad lo celebran al más puro estilo canario, haciendo revivir nuestras tradiciones, usos y costumbres con la firme idea de que nuestros niños y jóvenes lleguen a conocer la vida cotidiana de nuestros antepasados. Hacer que no olviden sus hábitos es no olvidar a quienes les precedieron.
En el Día de Canarias, la Asociación se transforma en una de aquellas casas, que tanto abundaban en nuestras islas. Podemos rememorar el patio, donde el ama de casa tendía su ropa después de lavarla en la pileta, patio que se compartía con la cabra, que regalaba su leche que pasaba a convertirse en el principal sustento familiar.
Contemplamos a la mujer que elabora el queso acompañada de la hija que, en otro lado del largo patio, tuesta el millo de aquellas piñas que toda la familia descamisó entre cantos de isas y folias.
Mientras que, un poco alejada del humo del tostador, se encuentra una joven vecina que, con el arte y la destreza que honra a las mujeres de Ingenio, cala un hermoso mantel que formará parte de su ajuar.
El interior de la casa se encuentra engalanado con traperas, escudillas y platos de antigua loza, piñas de plátanos, planchas de carbón y todo aquello que nuestros ancestros usaban en el día a día.
Si hay algo muy canario es el trabajo que se lleva a cabo con las hojas de la palma y el centeno. Para mostrarnos todo lo que se puede hacer con este material, se contó con la presencia de un artesano, que en un rinconcito de esta casa imaginada, nos enseñó su maestría y todo aquello que se puede hacer de algo tan básico como es una hoja de palmera.
De este modo celebró un año más el Día de Canarias la Asociación de Vecinos El Roque Azucarero.
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