Tras más de medio siglo de éxitos en el intento por erradicar la poliomielitis, esta enfermedad parece estar organizando su regreso y traspasando fronteras internacionales.
Esta semana, la Organización Mundial de la Salud ha declarado la polioemergencia de salud pública de importancia internacional, debido a su propagación fuera de las fronteras de países como Pakistán, Siria y Camerún.
Hasta el momento, los esfuerzos por erradicar la poliomielitis habían alcanzado numerosos éxitos. En 1955, 28 985 norteamericanos, niños en su mayoría, sufrían esta enfermedad. Ese mismo año Jonas Salk desarrolló una vacuna, seguida por la vacuna oral de Albert Sabin en 1963. Por citar un ejemplo, en Estados Unidos no ha habido casos de polio desde 1979.
Walter A. Orenstein, experto de la Escuela de Medicina de la Universidad Emory de Atlanta (Estados Unidos) y exdirector del programa nacional de inmunizaciones de Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, explica que, efectivamente, hay diez países que siguen registrando casos de polio y que Pakistán, Siria y Camerún han permitido que la enfermedad traspase sus fronteras. Según el experto, para contener la expansión hay que romper la cadena de transmisión, para lo que la OMS recomienda a los países afectados que garanticen que aquellos que salgan del país se vacunen.
Orenstein señala que el 72 % de las personas infectadas no muestra síntomas, pero pueden propagar la enfermedad. Por ejemplo, al estar presente en la saliva, si un enfermo tose puede contagiar a otros, aunque lo más habitual es que se transmita a través de las heces, mediante la llamada ruta fecal oral.
El experto insiste en la importancia de las vacunas. En países desarrollados, como Estados Unidos, los padres pueden vacunar a sus hijos de acuerdo con el calendario recomendado (el último brote tuvo lugar en 1979 en los Amish, una comunidad que no se vacuna).
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Los mayores obstáculos para erradicar la enfermedad, siempre de acuerdo con Orenstein, son la pobreza y la guerra. La mayor preocupación, especialmente en guerra, es conseguir vacunar a los niños, porque, subraya, se sabe que la vacuna es efectiva y, además, parece que protege para toda la vida.
Sin embargo, es cierto que la inmunidad intestinal puede disminuir, por eso la OMS recomienda que aquellas personas que vayan a salir de zonas afectadas se vacunen al menos cuatro semanas antes y no más de un año antes para favorecer la inmunidad intestinal.
Por último el experto advierte de que la enfermedad podría alcanzar de nuevo el mundo desarrollado, debido a que sigue habiendo países afectados, aunque pocos. Por eso es importante erradicar la poliomielitis, para liberar a esos países de la enfermedad e impedir, a la vez, su propagación. «El 99 % no es suficiente, tenemos que alcanzar el 100 %, y podemos hacerlo», concluye.

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