sábado, 12 de abril de 2014

AUGC denuncia el “atropello” al que son sometidos los agentes de la unidad de elite GRS de la Guardia Civil en Canarias por parte de sus superiores


Dos mandos de la Agrupación de Reserva y Seguridad (GRS), número 8, de la Guardia Civil en Canarias esperan en la sala de equipajes del aeropuerto tinerfeño de Los Rodeos a uno de sus agentes que regresa de Gran Canaria junto a su familia. Uno va vestido de uniforme y el otro de paisano. Delante de su mujer y sus hijos le dice uno de ellos en tono coactivo: “Mañana hablamos”. Esa conversación se ha traducido en una falta  grave por “simular” una baja laboral, cuando estaba prescrita por un facultativo y sin especificar ningún impedimento para viajar. A este castigo se suma otra sanción leve por estacionar mal su vehículo en las instalaciones  de la unidad. El caso de “atropello” al que ha sido sometido este agente por parte del cuerpo de mando de este grupo de la Guardia Civil no es una excepción. Los servicios jurídicos de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) en Canarias han resuelto de forma favorable, recientemente en los tribunales, el caso de otro agente que fue sancionado por la misma razón que su compañero. 

Estos son solo dos ejemplos de las “malas” condiciones laborales a las que se exponen los guardias civiles que desempeñan su función en esta unidad de elite, presente en Canarias desde marzo de 2010 y que, desde esa fecha, tiene su base provisional en la antigua terminal de AENA del aeropuerto de Los Rodeos.

 AUGC lamenta que la “ilusión” con la que llegan los guardias civiles a esta unidad singular, marcada por la disciplina y operatividad, “se transforma en decepción al comprobar como los mandos (al frente de la unidad de Canarias están un comandante, un capitán y dos tenientes) se exceden en la aplicación de las normas”.

La Agrupación de Reserva y Seguridad fue creada en junio de 1988 ante la necesidad de agrupar las unidades de la Benemérita para mejorar el apoyo a las unidades territoriales en respuesta a eventualidades no predecibles como inundaciones, calamidades públicas, incendios y catástrofes, además de controlar las alteraciones del orden público en las zonas de responsabilidad de la Guardia Civil. Las principales misiones que realiza la unidad son auxiliar en catástrofes y calamidades públicas; colaborar en la extinción de incendios; prevenir, mantener y restablecer, en su caso, la seguridad ciudadana; proteger edificios e instalaciones de forma temporal; intervenir en motines en el interior de centros penitenciarios y situaciones peligrosas; así como realizar o colaborar en la protección y seguridad de altas personalidades. 

Este grupo de máximo nivel cuenta con una plantilla de 1.680 agentes que están distribuidos en ocho bases diferentes de la geografía española. Así, hay GRS desplegados en Barcelona, León, Sevilla, Valencia, Pontevedra, Zaragoza, Madrid y Canarias. En el caso de esta última, comenzó a operar en 2010 con el objeto de colaborar en el freno de la inmigración irregular.

AUGC denuncia que el acoso que deben soportar los guardias civiles que integran este grupo en Canarias “se traduce en una sospecha continua de los superiores por cada una de las acciones que realizan”. La Asociación pone como ejemplo de esta realidad abusiva las “visitas” que realizan a los domicilios de los agentes, las reiterativas llamadas telefónicas, la solicitud de informes, el castigo que imponen a determinados guardias civiles con la asignación de servicios de seguridad en turno fijo o la “ridiculización” de los que “decepcionan con su comportamiento” ante el resto de sus compañeros.

La Asociación Unificada de Guardias Civiles, la organización que cuenta con mayor representación en la Benemérita, considera “injusta” y “denigrante” esta actitud de los mandos de la unidad especializada en Canarias. AUGC considera cuanto menos injustificada la respuesta que dan a las opiniones discrepantes de los agentes a su cargo: “Si no estás a gusto, ya sabes, te vas”.  Este malestar laboral propiciado por los superiores de este grupo de elite de la Guardia Civil ha provocado que haya agentes que pidan cambio de destino, porque sopesa más el desánimo que la ilusión con la que entraron a formar parte de esta especialidad operativa, que ha participado en numerosas misiones internacionales.
fuente : http://augc.org/

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