‘La Palma Delicatessen’ es un novedoso producto dirigido a los turistas y compuesto por un aperitivo de almendras 100% naturales en el que se ha cuidado hasta el extremo su presentación con un envase “muy poco convencional, estilizado y con colores de la tierra”, explicó Esteban Ferraz,
director creativo del proyecto. La bolsa en la que están envasadas las almendras, que han sido tostadas y saladas sin aditivos artificiales, se ha fabricado con un material especial que permite conservar sus propiedades organolépticas hasta el momento de su consumo.
Luis Vicente Martín, presidente de Ader, recordó que la almendra fue “un producto básico en la alimentación de los palmeros y queremos volver a darle la importancia que tuvo”. Los 2.500 envases de ‘La Palma Delicatessen’ que se han puesto en el mercado proceden de la recolección de 2.200 kilos de almendras, que, una vez cascadas, suponen 350 kilos de pipas.
La filosofía de este proyecto, en palabras de Luis Hernández, se basa en “razones ambientales, idílicas y económicas”. “El paisaje tiene una impronta cultural y la almendra es un componente muy importante en la comarca noroeste, donde pretendemos vincular a los más jóvenes para que puedan recuperar el sector de una manera moderna”, destacó.
Este producto permitirá a los agricultores de la comarca noroeste vender su recolección a un precio justo y mantener así el paisaje rural, prácticamente abandonado por la escasa rentabilidad que ha tenido la almendra en los últimos tiempos y que, sin embargo, en épocas pasadas fue un importante motor económico, llegándose incluso a exportar a Inglaterra para la elaboración de los prestigiosos chocolates Cadbury.
Este proyecto, por tanto, persigue mantener y proteger el paisaje y el patrimonio rural y las prácticas tradicionales sostenibles. Se trata de diseñar fórmulas de compensación a los agricultores de territorios insulares para que mantengan el paisaje agrario de alto valor agronómico y turístico, recuperando su aspecto visual pero también aportando activos a quienes son sus mantenedores, según se explica en el proyecto ‘Agropaisajes Insulares’, que se inició en el año 2010 con el objetivo de valorizar los paisajes de agricultura tradicional en territorios insulares con actividad turística. “Esta opción de trabajo sobre el territorio será clave en los próximos años como respuesta a los efectos de la crisis sobre los territorios rurales”, por lo que Ader están haciendo una apuesta decidida por este tipo de modelos de custodia del territorio.
En el marco de esta iniciativa, Producciones La Tarjea ha elaborado un corto en el que narra la historia de la recolección de la almendra y anima al relevo generacional en esta arraigada labor agrícola. Asimismo, el técnico Rafael Lorenzo ha rodado otra pieza en la que recoge los testimonios de varios agricultores de la comarca noroeste que pone de relieve la importancia socioeconómica que tuvo este producto en épocas pretéritas.
fuente : http://www.lapalmaahora.com
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