Las zarzas: son como una
manta que se echa encima de árboles, paredes, cubren los barrancos, los
cercados, y va secando cuanto caiga bajo su sombra, impidiendo el paso por
donde avanza y cada vez se come más y más terreno, desapareciendo cultivos,
alpendres, caminos, etc.
Las cañas: en otro tiempo
en las orillas de los cercados como complemento y ayuda de la comida de los
animales, ahora sin animales y sin cultivos, van invadiendo los cercados, hasta
desparecerlos, al copar la tierra sin cultivo, y se está emboscando por todas
partes, inutilizando la tierra.
Las tabaibas: Ya cubre tres de
cuatro partes de toda la isla, y tanto que le ha cambiado el nombre (gran
tabaibal, en lugar de gran canaria [ya pájaros canarios no se ven por ningún
lado]), lo llena de leche venenosa, sin ningún bien sino con la intención de
cubrir en unos pocos años, la cuarta parte que queda sin ella, propagándose con
gran vertiginosidad.
Las retamas: se están
convirtiendo en arbustos mayores, que entroncándose y entremezclándose son una
barrera que avanza –al igual que las otras malezas- empobreciendo la tierra al
volverla improductiva, pues es planta que no admite otras, sino que lo llena
todo en lucha paralela con las tabaibas, y curiosamente ambas con la mayor
protección, para inutilizar la agricultura y la ganadería.
El yerbazal: que al no ser
objeto de alimentación para una ganadería casi desaparecida y a la cual no se
la puede –por protección- alimentar con nada de lo que fieramente surge de la
madre tierra, se llena toda ella y lo copa todo, sin que nada se pueda segar,
ni pastar o comer por parte de los animales, y que al secarse y quedar como
materia previsible para incendios, tenemos la luz roja de alarma, sin medida
preventiva, salvo un ejército que la vigila de más de 200 bomberos, sin más
beneficio.
Ausencia del ganado: esto supone que
al comer hierba traída de fuera en barcos y contenedores, con granos y piensos,
la hierba de aquí ni la prueba el ganado, que sería el mejor antídoto contra
los incendios, si se les soltara, pero hay intereses creados, para que eso no
ocurra (el alimentar el ganado con lo que produce la tierra mejor del mundo,
con los mejores y más variados pastos, que los mismos animales ayudan a su
mantenimiento, desapareciendo endemismos, precisamente por falta de ellos.
El miedoambiente: es el ejército
del cabildo, que vigila y controla el territorio, impidiendo que el agricultor
y el ganadero no toque absolutamente nada de la tierra, multando de continuo y
a todo el mundo, haga lo que haga, con la mala y ruin intención que se abandone
todo el sector primario, para volver la tierra en un estado salvaje, para
planes ocultos de futuro imprevisible, con la disculpa de proteger lo que
precisamente destruyen por falta de acción controladora.
El seprona: el otro ejército
que apoya al anterior y es el segundo y más temible brazo del cabildo que
reprime, asombra y asusta al desprotegido campesino, al que no le permite
ninguna acción por más tradicional y sustentatoria que sea. Es el ejército
verde, contra lo verde que ataca con un fin recaudatorio total, sin humanismo
alguno, ni respeto a la
Historia ni a las personas, ayudando a que el paro vaya en
aumento y crezca el suicidio del cual son cómplices indirectos.
El cabildo: este es el mayor
enemigo, y por ello debiera haberlo puesto en cabecera. Es el culpable de todo
lo anterior y más, de lo que solo pongo unos cuantos ejemplos, y ello por mor
de la brevedad y evitar el cansancio del lector. Razón ésta –entre otras- para las
que tan dañino como mortal grupo deba desaparecer, para que podamos vivir como
siempre se vivió de nuestro campo, y no de los del mundo que cultivan y cuidan
animales para nosotros, enfermándonos con la basura que nos mandan.
Resumen globalizador: Se cargan el
campo, se cargan el paisaje, se cargan los valores de la ganadería, se cargan
los valores de la agricultura, se cargan la tradición, se cargan la justicia,
se cargan la producción autóctona, se cargan la sostenibilidad, se cargan el
futuro...
El Padre Báez.
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