jueves, 3 de octubre de 2013

Peligros en el campo (algunos):


Las zarzas: son como una manta que se echa encima de árboles, paredes, cubren los barrancos, los cercados, y va secando cuanto caiga bajo su sombra, impidiendo el paso por donde avanza y cada vez se come más y más terreno, desapareciendo cultivos, alpendres, caminos, etc.

Las cañas: en otro tiempo en las orillas de los cercados como complemento y ayuda de la comida de los animales, ahora sin animales y sin cultivos, van invadiendo los cercados, hasta desparecerlos, al copar la tierra sin cultivo, y se está emboscando por todas partes, inutilizando la tierra.

Las tabaibas: Ya cubre tres de cuatro partes de toda la isla, y tanto que le ha cambiado el nombre (gran tabaibal, en lugar de gran canaria [ya pájaros canarios no se ven por ningún lado]), lo llena de leche venenosa, sin ningún bien sino con la intención de cubrir en unos pocos años, la cuarta parte que queda sin ella, propagándose con gran vertiginosidad.

Las retamas: se están convirtiendo en arbustos mayores, que entroncándose y entremezclándose son una barrera que avanza –al igual que las otras malezas- empobreciendo la tierra al volverla improductiva, pues es planta que no admite otras, sino que lo llena todo en lucha paralela con las tabaibas, y curiosamente ambas con la mayor protección, para inutilizar la agricultura y la ganadería.

El yerbazal: que al no ser objeto de alimentación para una ganadería casi desaparecida y a la cual no se la puede –por protección- alimentar con nada de lo que fieramente surge de la madre tierra, se llena toda ella y lo copa todo, sin que nada se pueda segar, ni pastar o comer por parte de los animales, y que al secarse y quedar como materia previsible para incendios, tenemos la luz roja de alarma, sin medida preventiva, salvo un ejército que la vigila de más de 200 bomberos, sin más beneficio.

Ausencia del ganado: esto supone que al comer hierba traída de fuera en barcos y contenedores, con granos y piensos, la hierba de aquí ni la prueba el ganado, que sería el mejor antídoto contra los incendios, si se les soltara, pero hay intereses creados, para que eso no ocurra (el alimentar el ganado con lo que produce la tierra mejor del mundo, con los mejores y más variados pastos, que los mismos animales ayudan a su mantenimiento, desapareciendo endemismos, precisamente por falta de ellos.

El miedoambiente: es el ejército del cabildo, que vigila y controla el territorio, impidiendo que el agricultor y el ganadero no toque absolutamente nada de la tierra, multando de continuo y a todo el mundo, haga lo que haga, con la mala y ruin intención que se abandone todo el sector primario, para volver la tierra en un estado salvaje, para planes ocultos de futuro imprevisible, con la disculpa de proteger lo que precisamente destruyen por falta de acción controladora.

El seprona: el otro ejército que apoya al anterior y es el segundo y más temible brazo del cabildo que reprime, asombra y asusta al desprotegido campesino, al que no le permite ninguna acción por más tradicional y sustentatoria que sea. Es el ejército verde, contra lo verde que ataca con un fin recaudatorio total, sin humanismo alguno, ni respeto a la Historia ni a las personas, ayudando a que el paro vaya en aumento y crezca el suicidio del cual son cómplices indirectos.

El cabildo: este es el mayor enemigo, y por ello debiera haberlo puesto en cabecera. Es el culpable de todo lo anterior y más, de lo que solo pongo unos cuantos ejemplos, y ello por mor de la brevedad y evitar el cansancio del lector. Razón ésta –entre otras- para las que tan dañino como mortal grupo deba desaparecer, para que podamos vivir como siempre se vivió de nuestro campo, y no de los del mundo que cultivan y cuidan animales para nosotros, enfermándonos con la basura que nos mandan.

Resumen globalizador: Se cargan el campo, se cargan el paisaje, se cargan los valores de la ganadería, se cargan los valores de la agricultura, se cargan la tradición, se cargan la justicia, se cargan la producción autóctona, se cargan la sostenibilidad, se cargan el futuro...

El Padre Báez.


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