Casi la mitad de los accidentes de tráfico que se registran en el municipio de Telde se producen en tres zonas conflictivas que podrían ser consideradas como puntos negros debido a los elevados índices de siniestralidad. La rotonda de Daora, que distribuye el flujo viario en el principal acceso a la ciudad, la autovía del Cabildo y la carretera que conecta el casco con el pueblo de Jinámar han registrado, en los seis primeros meses de este año, un total de 120 percances, lo que supone el 43,6% de los 275 siniestros en los que ha tomado parte activa la Unidad de Atestados de la Policía Local de Telde.
Los datos, según las fuentes consultadas por el departamento que se encuentra desde hace tres meses bajo el mando directo de la alcaldesa María del Carmen Castellano (PP), son similares a los recogidos durante el mismo periodo del año pasado.
La seguridad vial en el municipio ha mejorado en los últimos ejercicios y, de hecho, el citado cuerpo de seguridad no tiene constancia de la existencia de puntos negros de tráfico en los 100 kilómetros cuadrados del término municipal en el sentido más estricto del término.
Es el caso de la rotonda de Daora, donde han sido 25 los accidentes producidos en el primer semestre del año, con algún que otro vuelco, y de la GC-10, más conocida como la autovía del Cabildo. Sus más de dos kilómetros de longitud, entre La Garita y San Juan, las rectas que la conforman y sus intersecciones la convierten en el escenario ideal para que en ella se contabilicen pequeñas colisiones. De hecho, Atestados tiene 58 expedientes abiertos, mientras que en el caso de la carretera de Jinámar, cuyas competencias están compartidas con la Guardia Civil por tramos, los casos ascienden a 37.
Donde sí parece haberse reducido la siniestralidad es tanto en los viales del Valle de Jinámar como en la Circunvalación a Telde y la rotonda de los pajaritos, que sobrevuela la Autovía del Cabildo y tiene a tiro de piedra el parque urbano de San Juan. Completan la relación los accesos a los parques comerciales levantados a la vera de la autovía GC-1, Las Terrazas y El Mirador, que también se halla en manos de la Guardia Civil a efectos de servicio y que suele arrojar una media de dos percance de relieve a la semana, aunque no sea jurisdicción del consistorio.
Desde la Policía Local de Telde se entiende que las cifras de siniestralidad de la localidad son aceptables. Aluden al importante tráfico que hay en la comarca -con un parque móvil propio superior a las 69.000 unidades- y a los buenos resultados que han dado la implantación de controles de alcoholemia y de radar.
Con respecto a otra serie de medidas, como la implantación de guardias muertos, bandas sonoras o badenes en los pasos de peatones, se muestra mayor cautela, ya que hay que revisar con lupa tanto la normativa actual sobre su forma de utilización como los contras que su instalación podría acarrear, apuntan los agentes consultados.
El caso de Isidra Fleitas Cabrera, de 75 años, fallecida el jueves tras ser atropellada por una guagua, cuando trataba de subir a una de La Pardilla Bus, es el tercero que se registra este año en Telde tras las dos muertes producidas en febrero al colisionar dos coches cerca de El Cortijo y un motorista con un turismo cerca de La Majadilla.
fuente : http://www.laprovincia.es
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