El país nipón, el mayor cazador de ballenas del mundo, se enfrenta estos días y hasta el día 16 de julio ante el Tribunal de la Haya a la "legalidad" de su captura de ballenas en la Antártida, con "fines científicos" y contra el que arremeten no solo la comunidad de ecologistas mundiales, sino también países como Australia, su mayor socio comercial que esgrimen sus fines comerciales en estas capturas.
Japón se ampara en el artículo 9 de la Convención Internacional de Regulación de la Caza de Ballenas, que permite la caza de ballenas con fines científicos, a lo que a todas luces es una caza comercial como alegan sus detractores, Australia y grupos ecologistas.
SEA SEPHERD
La organización ecologista, conocida por sus barcos negros y con bandera pirata, ha consegudio complicar un año mas las capturas de ballenas a los barcos nipones, gracias a sus actuaciones al filo de la legalidad y que en muchas coasiones ponen en peligro sus embaraciones y hasta sus vidas, pero se está revelando como una actuación de éxito y eficaz, y a los hechos nos remitimos, en 2013 las cpaturas de ballenas en la Antártida se han reucido drásticamente desde los 266 ejemplares de 2012 a los 103 rorcuales aliblancos capturados en 2013.
Japón abandonó en 1986 la caza de ballenas, atendiendo a la moratoria internacional en su captura, pero un año mas tarde la retomó alegando motivos científicos, para estudiar su modo de vida y el contenido del estómago de estos mamíferos. Las expediciones a la Antártida son coordinadas por el Instituto de Investigación de Cetáceos.
Gracias a la conocienciación internacional el consumo de carne de ballena en Japón ha pasado a ser de 4.200 tonelada en 2009 desde las 230.000 toneladas consumidas en 1962.
Japón se ampara en el artículo 9 de la Convención Internacional de Regulación de la Caza de Ballenas, que permite la caza de ballenas con fines científicos, a lo que a todas luces es una caza comercial como alegan sus detractores, Australia y grupos ecologistas.
SEA SEPHERD
La organización ecologista, conocida por sus barcos negros y con bandera pirata, ha consegudio complicar un año mas las capturas de ballenas a los barcos nipones, gracias a sus actuaciones al filo de la legalidad y que en muchas coasiones ponen en peligro sus embaraciones y hasta sus vidas, pero se está revelando como una actuación de éxito y eficaz, y a los hechos nos remitimos, en 2013 las cpaturas de ballenas en la Antártida se han reucido drásticamente desde los 266 ejemplares de 2012 a los 103 rorcuales aliblancos capturados en 2013.
Japón abandonó en 1986 la caza de ballenas, atendiendo a la moratoria internacional en su captura, pero un año mas tarde la retomó alegando motivos científicos, para estudiar su modo de vida y el contenido del estómago de estos mamíferos. Las expediciones a la Antártida son coordinadas por el Instituto de Investigación de Cetáceos.
Gracias a la conocienciación internacional el consumo de carne de ballena en Japón ha pasado a ser de 4.200 tonelada en 2009 desde las 230.000 toneladas consumidas en 1962.
fuente: http://www.bajoelagua.com
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