jueves, 18 de julio de 2013

Incertidumbre en el campo:









AUTOR, PADRE BAEZ

La situación en el campo, después de que el cabildo tabaibero que padecemos, haya decidido acabar con el campesinado (un pastor con mil cabras, no puede sacarlas a pastar, ¡con toda la hierba que hay y tenemos, y tiene que comprar contenedores de hierba traída desde cataluña [negocio redondo para el cabildo tabaibero], y es un ejemplo, como el de no poder tocar una de las muchas veces millonarias tabaibas que tenemos o hay), hechos que podemos calificar de guerra civil, sin que el campesino grandemente debilitado se rebele, ni tenga capacidad de reunirse, agruparse o coaligarse, y así el seprona y el miedoambiente campea a sus anchas por todo el campo, acosando, persiguiendo y multando por hechos insignificante y ridículos (nuevo fariseísmo o cumplimiento de la ley al pie de la letra del cabildo tabaibero).
 No, en el campo no hay paz, y se están cargando los derechos humanos (a vivir del trabajo, a vivir con alimentación adecuada, a vivir en paz..), cargándose toda similitud o acercamiento a un espíritu democrático, dando un golpe de Estado en el campo y la  peor de las dictaduras con el campesino, en un comportamiento abusivo de maltrato psicológico y económico, contra toda naturaleza y tradición de usos y costumbres. El campo está ocupado por el tripartito –que es uno- cabildo, miedoambiente y seprona-, el campesino sufre toda clase de atropellos, y no se le permite ejercer la agricultura y la ganadería –que les es propia- encorsetados por leyes que no responden a la normalidad y sensatez. No se respeta a la ancianidad, ni el proceso vital de sostenibilidad y vida digna. Cada vez más, el campesinado es más pobre, y cada día es y está más triste. Parece que la avaricia y la incompetencia del cabildo, no tiene fin. El lugar más fértil del mundo, lo han convertido en un desierto verde de pinos estériles y otros ejemplares como acebuches, cardones, retamas, etc., sin que nada de comer dé los dichos y otros semejantes. El campo, se desplaza hacia la periferia insular. Cada año desaparecen miles de campesinos (agricultores y ganaderos [los pastores abandonan; los agricultores no cultivan]). El cabildo se apoya en miedoambiente y en el seprona, para reprimir al campesino y desaparecerlo, sin encontrar resistencia alguna. En el campo, cunde el pánico. Solo campean los motorizados del cabildo y los suyos (seprona y miedoambiente, con coches y motos que pasean hasta molestarse entre ellos mismos, en un ir y volver, repetir y fijo en las carreteras los coches con sus siglas y colores, sin más oficio y beneficio que el de multar a todo el que asome las orejas). Son varios los ejércitos, si sumamos a bomberos y otros, que vigilan lo que los ganados desaparecerían dándonos leche y queso mejor que los de asturias, holanda o del canadá. Soldados subordinados al cabildo, que investigan quién cortó una rama que molestaba en el camino. Por poner un ejemplo. Todo esto se llama y es: un auténtico caos, desorientación, miedo, terror, etc. Y nadie retiene ese avance de los dichos. Al contrario son apoyados por el gobierno y los veintiún ajuntasymientos, que respaldan la acción demoledora y exterminadora del tabaibero cabildo que nos oprime y machaca (al campo), que está sembrando de ahorcados, deriscados, ahogados, infartados, etc. a cada vez más campesinos que no pueden hacer frente al montante económico de multas, por levantar una piedra y colocarla en su puesto en la pared de donde se cayó, y es un ejemplo. Y lo peor, nadie media, ni medio alguno acometen una información sobre abusos sin nombre (por abrir un camino que existía: 300.000,00 euros de multa y seis meses de cárcel, y es otro ejemplo). Muy precaria, es la vida cada vez más difícil e imposible en el campo, que vive en una continua alarma, donde se actúa cual pillajes, por parte de uniformados, que van al atraque y ataque. Nadie –ni la Iglesia- denuncia estos hechos y abusos. El cabildo está evacuando poco a poco al campesinado del campo, su medio propio y natural. El campo es saqueado (las multas). Ya se pasan penurias en el campo, donde ya falta la comida (siendo el lugar donde debiera producirse hasta para exportar, y no hay ya nada). El campesino, vive alarmado (un pastor iba a enterrar una cabra cuando descubrió a lo lejos a dos del miedoambiente y se guardó el animal muerto en su propia casa; al rato estaba ya allí en sus puertas los dos agentes de miedoambiente [que lo estaban observando con prismáticos, lo que hacía y sobre lo que fue interrogado], es otro ejemplo). El campo es acosado y acusado, es atacado y denunciado. La vida en el campo corre gravísimo peligro; desaparece la convivencia. El cabildo no encuentra ningún frente, sino gente sumisa, que pagan multas por todo (hasta por segar hierba para un animal, y es un ejemplo más). Da la impresión que seprona y miedoambiente –brazos armados del cabildo- actúan de forma incontrolada (no te dejan ni coger las papas, cuando están para coger, porque entre los surcos se ha nacido hierbas, y es un ejemplo más). Campean a sus anchas los dichos, y te multan si arrancas hierba para plantar un olivo; otro ejemplo más), y el olivo te da riqueza, y nada la hierba salvo fuego. Y por quemar unas varas de la poda en un bidón y no haber pedido permiso: 500,00 euros de multa; y al pedir permiso para repetir, te mandan un camión de bomberos en previsión de incendio alguno como consecuencia de una chispa que pudiera futuriblemente saltar del bidón y en un teso sin nada que arda, es lo más ridículo y absurdo que se pueda imaginar, y es otro ejemplo. El campo duerme; el campo anda rendido; el campo está abandonado; el campo vive en una enorme incógnita. El cabildo tabaibero, ha puesto a sus hombres en el campo para controlarlo todo y no dejar mover ni hacer absolutamente nada. El control en el campo es total, absoluto. Y la situación en lugar de desbloquearse, va a más y a peor. Los partidos políticos, no dicen ni pío. Los medios tampoco. No hay libertad en el campo, no se puede uno ni desplazarse, te multan por todo, hasta por caminar y es uno más de los ejemplos. Ya no queda libertad alguna en el campo. No hay estabilidad en el campo. Y habría que desmovilizar a los ejércitos que pesan sobre el campo (los ya dichos y muchas veces repetidos -seprona, miedoambiente, bomberos, cabildo, etc.-); habrá que trasladarlos a la costa (?). Cada vez se come menos en el campo y nada del campo. Lo único que les queda al campo y al campesino es: el aire. Pero solo del aire no se vive.



El Padre Báez.

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