lunes, 15 de julio de 2013
CUANDO UN INVESTIGADOR DE TIBURONES PESCA A UN COCHETE
Los hermanos Wes y Theo Pratt pasan un mes cada año en el parque nacional Tortugas Secas, en Florida, estudiando el comportamiento de los tiburones. El pasado 4 de julio navegaban en su kayak por una de estas solitarias islas cuando divisaron un objeto enorme flotando en el agua. Se trataba de una gran plancha de metal clavada en la arena y en la que habían empezado a acoplarse algunos percebes. "Al principio pensé que era un trozo de avión comercial", asegura Wes Pratt al Miami Herald, pero se trataba de un objeto más interesante.
Por las inscripciones de la pieza, los Pratt y los especialistas han determinado que se trata de un fragmento de cohete Ariane 5, arrastrado por las aguas desde una distancia de cientos de kilómetros. Los datos apuntan a que se trata de un fragmento de uno de los cuatro último cohetes lanzados por la Agencia Espacial Europea (ESA) desde la Guayana Francesa, con el objetivo de poner satélites comerciales en órbita.
Una vez cumplida su misión, los Ariane caen en medio del océano Atlántico, muy lejos de las zonas pobladas, pero este fragmento ha podido mantenerse a flote por la espuma que recubre la parte interior de la plancha, en la que se acumula aire. Aaron Lewis, director de comunicación de la empresa Arianespace en Washington, revisó las fotografías del objeto y asegura que estamos "sin ninguna duda" ante los restos de un cohete Ariane 5.
Ante la posibilidad de que la pieza de aluminio pudiera causar algún daño a las embarcaciones de la zona, los hermanos Pratt le colocaron una luz provisionalmente y la remolcaron posteriormente a puerto. De momento, la pieza permanece expuesta a los visitantes del parque natural, pero si nadie la reclama en breve procederán a reciclarla.
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