lunes, 6 de mayo de 2013

DEL MARQUES AL HIDALGO


El concepto de hidalgo, fidalgo (en castellano antiguo, y común en literatura) e infanzón tiene su origen en España y Portugal y es sinónimo de noble, aunque coloquialmente se utilice el término para referirse a la nobleza no titulada. Hace referencia a hijo de algo o hijo de alguien. La palabra algo en este contexto denota “rico” o “riqueza”, y por lo tanto, en un principio, era sinónimo de ricohombre.”
                                                                              Extraído de Wikipedia.
 En Fuerteventura tenemos una larga tradición de nobleza, no hay más que visitar el marquesado de La Oliva, que aunque en plena decadencia, todavía mantiene rescoldos de lo que en su día fué.
El que tuvo retuvo y la red de favores y prebendas tejida durante tantos años todavía permite alguna que otra alegría a sus fieles súbditos.
En los tiempos que corren, la nobleza no tiene muy buena prensa y el ser conde, duque o marqués tiene su mérito.
En Puerto del Rosario, por muy capitalinos que seamos, no hemos conseguido llegar a tanto ni tenemos conde, ni marqués, ni duque, ni nada de tan alta alcurnia.
Hemos tenido que conformarnos con un “infanzón”, un “hijo de algo” pero que apunta maneras.
El marquesado norteño ha creado escuela y por estos lares comenzamos a “sufrir” los mismos tics señoriales que hace unos años campaban a sus anchas por el municipio de La Oliva.
Para muestra un botón.
En los presupuestos municipales de 2013, nuestro particular “hidalgo”, se ha reservado una importante cantidad de dinero de libre disposición para “socorrer” a los ciudadanos a su capricho.
Disfrazado de benefactor del pueblo, nuestro muy querido “hidalgo” no hace otra cosa que humillar a sus ciudadanos obligándoles a “suplicar” de su magnanimidad una ayuda a su precaria situación, y de esta forma crear un nuevo conglomerado de “estómagos agradecidos”.
Para ejecutar esta “trapacería” no ha echado mano de su “propio” bolsillo sino que ha vaciado prácticamente la concejalía de Asuntos Sociales, que es el real instrumento democrático para atender las necesidades del pueblo.
Nuestros conciudadanos más desfavorecidos ya saben lo que hay, cuando la crisis apriete han de inclinar la cerviz ante este moderno “hidalgo con ínfulas de noble”, y vender su honra por un plato de lentejas.

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